Desde la uva hasta la cepa, observamos su lento
proceso de maduración hasta lograr el momento
adecuado para su disfrute. Dejémonos sorprender
por su personalidad y elegancia…
Bodegas Viña el Fustal S.L.
surge en 1988 continuando una tradición familiar
dedicada al vino desde 1957, lo que le permite
mantener una relación cercana y directa con sus
clientes.
La Bodega se estructura en varias alturas, dando
prioridad a que los vinos y las barricas se
encuentren en el área subterránea de la misma,
donde las condiciones de humedad y temperatura
son idóneas.
En las plantas superiores, se encuentra la distinta
maquinaria para el manejo y embotellado de los vinos.
La Bodega y los viñedos se sitúan en Rioja Alavesa, zona
privilegiada por las condiciones climáticas, suelos y viníferas.
El clima es excepcional, pues la cercanía de la Sierra de
Cantabria crea un microclima que frena los vientos del norte
cargados de humedad, permitiendo una mayor insolación y
temperatura.
Los suelos arcilloso-calcáreos, con una buena retención de agua,
posibilitan la obtención de vinos de gran color, estables y
apropiados para envejecer.
Las variedades utilizadas son el Tempranillo en tintos, y Viura en
blancos, mayoritariamente. Se adaptan perfectamente al terreno
y clima, consiguiendo una óptima maduración.
De los vinos obtenidos
en cada añada, se
seleccionan los de mayor
calidad.
Desde el primer
momento, se inicia un
proceso en el cual el
tiempo, principalmente,
se encarga de que el vino
vaya adquiriendo una
personalidad que se
mantendrá lo largo de su
vida, única e irrepetible.
Un correcto embotellado,
marcará el punto y final,
para su apreciación por
parte del cliente.
Todo este trabajo, refleja
en gran medida, el
esmero y saber hacer del
equipo humano que
forma parte de la
Bodega.